miércoles, 19 de octubre de 2011

Todas las drogas que curan

Si en una entrada reciente presentábamos como novedoso un artículo sobre ayahuasca debido a la poca cantidad de publicaciones científicas que se producen sobre el tema (frente a la por comparación ingente cantidad de literatura antropológica, por no decir parapsicológica), justo nos encontramos que de nuevo se publica un nuevo artículo farmacológico al respecto. Para qué habré hablado.

La investigación farmacológica con alucinógenos es ingrata. Los espiritualistas y neochamanes la critican por reduccionista, los antropólogos por materialista, los academicistas por tocar cosas raras y, en fin, que es de agradecer que aún haya quien se adentra en estos terrenos escurridizos a pesar de exponerse a los virotes de casi todos y a las consideraciones de casi nadie. En el mejor de los casos se la critica que no sirve para nada, ya que la experiencia subjetiva es tan íntima que una investigación científica lo que puede llegar a explicar son, siendo generosos, nimiedades, con el inconveniente añadido de, según los críticos, la imposibilidad de confundir los efectos que se quieren medir con la utilización de un placebo. Ya es la vuelta de tuerca final: los críticos de la ciencia utilizan argumentos científicos para criticar a la propia ciencia. No se hable más.

[Nota: la excepción a esta regla se encuentra en los estudios con alucinógenos, últimamente tan de moda y tan publicitados, en los que se trata de demostrar que son sustancias que aumentan la espiritualidad y el cambio de personalidad en positivo, y que gozan del beneplácito y admiración de todos, contracultura incluída. Por fin el público encuentra lo que busca para autoafirmarse en sus convicciones y todos tan contentos. No es de este tipo de estudios del que se tratará por aquí muy amenudo, me temo.]

Sea como fuere, acaba de publicarse un artículo, cómo no, firmado por lxs chicxs de Sant Pau, en el que se compara la farmacología de la ayahuasca con la de, ¡oh!, ¡espanto!, ¡la dextroanfetamina! ¿Y eso por qué? ¡Si son drogas que no tienen nada que ver entre ellas! ¡Anatema!

Se administró a un grupo de voluntarios sanos una dosis de ayahuasca en forma de liofilizado (esto es, todo lo que contiene la ayahuasca excepto el agua) a dosis de 1 mg/kg de DMT, 20 mg de d-anfetamina y un placebo y se midieron toda una serie de variables psicológicas, fisiológicas, hormonales y, algo muy interesante, y en lo que más nos centraremos aquí, inmunológicas, aparte de hacerles un EEG para ver qué ondas cerebrales modificaba cada uno de los fármacos administrados.

Como en estudios previos, se vio que la ayahuasca incrementaba las escalas de efectos subjetivos para los alucinógenos. Sin embargo, a pesar de que la ayahuasca y la d-anfetamina tuvieron un perfil de efectos subjetivos diferentes, algunas de sus acciones sobre variables fisiológicas fueron similares: ambas drogas se comportaron en algunas variables como un psicoestimulante, induciendo dilatación pupilar e incrementos en la presión arterial. El mecanismo de acción mediante el que producen este efecto debe ser diferente, y esto se refleja en otra medida interesante: la ayahuasca incrementa la onda beta del EEG, algo que no hace la anfetamina, un reflejo quizás de la estimulación del lóbulo frontal que inducen típicamente los alucinógenos. Otro efecto diferencial de la ayahuasca respecto a la anfetamina es la modificación de la temperatura: la primera induce una modificación bifásica de descenso primero, para aumentar dos horas después, mientras que la anfetamina no produce esta respuesta bifásica (si bien sí lo hacen también otros psicoestimulantes como la MDMA) induciendo un incremento prolongado. Otro efecto simpaticomimético que comparten la anfetamina y la ayahuasca es un aumento del diámetro pupilar.

Pero lo más interesante de este estudio radica en la modificación de variables hormonales e inmunológicas de estas dos sustancias. En cuanto a variables hormonales se midieron la prolactina, el cortisol y la hormona del crecimiento, encontrándose que ambas drogas aumentan el cortisol, la hormona clave que se segrega en situaciones de estrés, incrementando la liberación de esta hormona además de manera más intensa la ayahuasca respecto a la d-anfetamina y, por supuesto, al placebo. Ya en un estudio previo en el que se estudió la arquitectura del sueño tras la administración de ayahuasca se había visto que el patrón de alteración sobre la arquitectura del sueño era parecido al que se observa en personas a las que se les ha privado de dormir una noche, reflejando así una situación de estrés. Los aumentos en el cortisol corroboran este hecho, ya encontrado, por otra parte, en estudios previos de este grupo.

Pero lo más interesante de este estudio está aún por mencionar: se trata de las modificaciones encontradas en células inmunitarias. ¡Se encontró que el patrón de alteración inmunitario entre la ayahuasca y la d-anfetamina resultó ser similar! Técnicamente, ambas sustancias disminuyeron el porcentaje de linfocitos CD3 y CD4. Estas células inmunitarias son sensibles al estrés, luego es posible que fueran un efecto secundario de la liberación de cortisol. Por último, ambas drogas aumentaron también el porcentaje de Natural Killers (NK), otro tipo de células inmunitarias. En su conjunto, este patrón de modulación inmunitario, de nuevo, es característico de las situaciones de estrés.

Las implicaciones de estos resultados son muy interesantes desde el punto de vista de que la ayahuasca es considerada por muchos una medicina. Debido a que las modificaciones agudas y, claro, transitorias (los parámetros para ambas drogas vuelven a la normalidad al desaparecer los efectos) de ambas drogas es similar, si se considera a una de ellas (la ayahuasca) una medicina, no hay criterios objetivos para no hacer lo propio con la d-anfetamina. Es más, el perfil de inmunomodulación es similar también al que induce la MDMA, así como otras muchas drogas. La solución a este conflicto, en el caso de que sea tal, solo puede venir cuando se extraiga sangre a usuarios crónicos de ayahuasca, se midan sus parámetros inmunitarios y se evalúe su estado de salud general. Por el momento, o todas son una medicina, o no lo es ninguna.

Quedaría por entender qué implicaciones concretas puede tener este perfil de activación “estresógeno”. Parece claro que la causa estriba en la activación del sistema hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA), responsable de modular, como se ha dicho, la respuesta de estrés de los mamíferos. Los autores del estudio discuten que, si bien la activación del Eje HHA se ha relacionado tradicionalmente con inmunosupresión, especialmente en situaciones de estrés crónico, la respuesta inmunológica a las situaciones de estrés agudo tendría un papel no tanto inmunosupresor como inmunomodulador. El hecho de que haya unos parámetros que disminuyen (células CD3 y CD4) y otros que aumentan (NK) es un reflejo de dicha inmunomodulación.

Queda por aclarar qué pasa con los consumidores crónicos. Es el siguiente reto científico y, a mi entender, el más interesante de todos los de la ciencia de la ayahuasca. De momento, y mientras este aspecto no se resuelva, solo podemos pensar que si este patrón de activación neuromodulador tiene beneficios a largo plazo, tal y como muchos ayahuasqueros afirman, por derivación, otras muchas drogas como la MDMA o las anfetaminas lo deben tener igual.¿O no?


14 comentarios:

  1. ..... Es decir, se podría considerar que tanto la ayahuasca y la d-anfetamina son "medicina" porque sus patrones de alteración del sistema inmunitario son similares.... ejem..... Si este es el planteamiento, me parece lógico que haya quien piense que es un planteamiento reduccionista....

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  2. Dudo que haya muchos ayahuasqueros que afirmen que "este patrón de activación neuromodulador tiene beneficios a largo plazo"......

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  3. Hola Anónimo,

    Bueno, hasta donde yo sé es el sistema inmunitario el marcador biológico de la salud y de la enfermedad: si el sistema inmune está alterado hay más posibilidades de enfermar que si no lo está. Y esa alteración viene mediada por las células inmunitarias (linfocitos). Se podría entender como reduccionista el pensar que solo las enfermedades "somáticas" son auténticas enfermedades, pero resulta que muchas "enfermedades" psicológicas afectan también a las células inmunológicas (por ejemplo, una situación de estrés mantenida, que precisamente por ello puede dar lugar a mayor probabilidad de enfermar "somáticamente"). En fin, si la medicina es reduccionista porque no contempla el plano espiritual y/o astral, efectivamente, este tipo de conclusiones son reduccionistas, ahí te doy la razón. Si es reduccionista porque ha encontrado unos marcadores biológicos del balance salud/enfermedad, la verdad, más que reduccionista me parece logrocionista (en el sentido de suponer un logro para el conjunto de la sociendad). En este sentido, el potencial beneficio o perjuicio para la salud de un fármaco se mide, entre otros parámetros, por su acción sobre el sistema inmunitario. Luego, de nuevo, no veo dónde está el reduccionismo cuando se miden dichos parámetros y de ahí se extraen conclusiones sobre el potencial de dicho fármaco para favorecer o no la aparición o la curación de enfermedades.

    Saludos.

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  4. Lo que pasa es que creo que no es ese el sentido en el que se utiliza la palabra medicina para hablar de la ayahuasca. Y no hablo de planos espirituales o astrales. Si las cosas fueran tal y como planteas, la eficacia de una psicoterapia, por ejemplo, debería medirse por su capacidad para influir sobre parámetros inmunológicos, y no por su capacidad para provocar bienestar subjetivo, u otro tipo de mejoras. Creo que es en este sentido en el que se puede hablar de la ayahuasca como medicina... Perdona que sea anónimo, pero es que no se me ha ocurrido ningún apodo, jejeje....

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  5. Más alla de que a mejoras en el bienestar subjetivo puedan acompañar mejoras en el sistema inmunológico, pero creo que lo significativo es lo primero, y sobre eso es sobre lo que la ayahuasca tiene capacidad de influir.

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  6. Hola,

    Gracias por tus comentarios. Está claro lo que dices, pero también es cierto que muchos ayahuasqueros consideran la ayahuasca una medicina no solo en el sentido psicoterapéutico, sino en el médico. De hecho, en determinades sociedades es una especie de remedio para todo. Nadie cuestiona esto, solo se aportan pruebas que puedan confirmarlo o no. En realidad no se tiene ni idea de qué quiere decir la alteración de parámetros inmunitarios encontrada tanto en este estudio como en otros similares, como el citado con MDMA. Se necesitan estudios realizados en usuarios de largo recorrido para ver cómo está su sistema inmunitario y así poder sacar alguna conclusión más. Lo que es claro por el momento es que, tras una administración aguda, el efecto de la ayahuasca sobre el sistema inmunitario no se diferencia del de otras drogas, por mucho que sí lo haga en el plano subjetivo. En este sentido, no es ni más sana ni más perjudicial, en términos de salud física, que el resto (otra cosa es en términos, por ejemplo, de posible afectación cerebral y otras cosas), ni más "medicina" ni menos que otras, al margen de que pueda tener un potencial psicoterapéutico, como dices, el cual, por otra parte, está aún también por demostrar. Si bien también, por cierto, tiene un potencial psicotogénico que tampoco se debe minusvalorar aunque tampoco se refleje en los marcadores inmunitarios.

    Saludos.

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  7. Se me borró todo y no tengo ganas de volver a escribir jaja Así que resumiré un poco. Primero gracias por el artículo, cualquier avance en investigaciones de este tipo es bien recibido, y de este no estaba al tanto.
    Después, mm... no me parece razonable que se comparen dos drogas, en este caso tan distintas, e incluso se metan al mismo saco, porque "un par de variables fisiológicas fueron similares". El sexo y la cocaína tienen una acción directa sobre la dopamina. Entonces, ¿criminalizamos el sexo, o nos hinchamos a cocaína porque como el sexo, es buena? No creo que los profesionales del Hospital fueran por ese camino...
    Tu has visto un par de efectos similares y, cito "Las implicaciones de estos resultados son muy interesantes desde el punto de vista de que la ayahuasca es considerada por muchos una medicina. Debido a que las modificaciones agudas y, claro, transitorias (los parámetros para ambas drogas vuelven a la normalidad al desaparecer los efectos) de ambas drogas es similar, si se considera a una de ellas (la ayahuasca) una medicina, no hay criterios objetivos para no hacer lo propio con la d-anfetamina.", has hecho este forzado argumento. Yo veo una infinitud de particularidades distintas (algunas ya las mencionas, como temperatura corporal y ondas beta, y efectos subjetivos aparte), las cuales no me permiten agruparlas y tener que echarme atrás si digo que la Ayahuasca es una medicina.
    Por otra parte, la afirmación "la Ayahuasca genera estrés" no estaría muy clara. La Ayahuasca, como la LSD por ejemplo, no genera estrés per se, más bien son las emociones que desencadena y la forma de vivirlas de cada uno, por tanto en última instancia el grado de estrés vivido irá ligado a factores de personalidad y al estado emocional previo en el que nos encontremos. Y de todos modos, estamos preparados para estos niveles de cortisol y compañía, y a no ser que vengamos con problemas cardiovasculares previos no hay porque preocuparse. Si criticamos la Ayahuasca por esto, quitemos también los medicamentos para el asma y demás que también lo generan.

    Algunos comentarios apuntaban a que algunos aspectos del texto eran más bien reduccionistas. Yo me he fijado más en las atrevidas generalizaciones que se mencionan. Concretamente en la frase: "Por el momento, o todas son una medicina, o no lo es ninguna." ¿A qué te refieres? ¿Es que si se encuentra una droga útil para tratar alguna patología, todas las demás drogas han de ser beneficiosas? Si se ha descubierto (desde hace siglos pero bueno, en este caso la ciencia moderna) que la Ayahuasca o la psilocibina tienen muchas posibles aplicaciones terapéuticas, será por sus particularidades únicas, no por algún atributo relacionado con el concepto de "droga"; concepto sujeto a léxico cultural por otra parte, en Perú la Ayahuasca no es droga, es Medicina.

    PD: Ya se realizó un estudio psicométrico con consumidores "veteranos" (crónicos suena demasiado a enfermos) y sacaron puntuaciones superiores a la media en cognición y memoria, que yo recuerde. Áreas relacionadas con el estrés, por cierto.

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  8. PPD: Si existen dudas de que la Ayahuasca sea una medicina, se pueden consultar todos los estudios llevados a cabo, los resultados en tratamientos en centros como Takiwasi, o directamente hablar con los millones de personas que se benefician/aron de ella.
    Es más... los beneficios de la Ayahuasca no van ligados a ciertas variaciones fisiológicas ni a cambios bioquímicos, ergo me da igual que los que provoca sean similares a los que provoca otra sustancia, porque estamos hablando de cosas distintas, y lejanas a mi parecer de la terapéutica.

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  9. Hola,
    Gracias por tus comentarios. En primer lugar, supongo que se utilizó la anfetamina como placebo activo para ver 1) las diferencias específicas de la ayahuasca respecto al placebo (al tener un placebo activo con el que comparar ambos); 2) porque tanto la anfetamina como la ayahuasca son estimulantes cerebrales: la anfetamina vía acción dopaminérgica y la ayahuasca vía acción glutamatérgica (todos los alucinógenos actúan liberando glutamato en la corteza cerebral; el glutamato es el principal neurotrasnmisor excitatorio de la corteza). De ahí el interés en hacer EEG y el resultado interesante: la ayahuasca aumenta el ritmo de ondas beta cosa que no hace la anfetamina, luego ya tenemos una cosa interesante clara: el efecto final, a pesar de utilizar ambos fármacos vías diferentes de neurotransmisión, tambien es diferente en la forma de estimulación final. Lo cual a su vez nos confirma el mecanismo de acción específico de cada uno de ellos.

    Respecto a que si como la cocaína y el sexo activan los mismos sistemas, precisamente esta es razón de más para no criminalizar la cocaína más que para criminaliar el sexo. Que uno luego se quiera poner hasta las trancas de cocaína o practicar sexo a lo loco es cosa de cada cual. En cualquier caso, ni en este post ni en ningún otro creo haber utilizado la palabra “criminalización” ni creo que de ninguno de ellos se desprenda que hay un interés en ello detrás.

    La conclusión respecto al poder medicinal de la ayahuasca viene dado, en mis argumentos, por su acción sobre el sistema inmune, que es el marcador biológico que puede hacer pensar si un fármaco puede ser nocivo o beneficioso. En este sentido, la anfetamina y la ayahuasca (y la MDMA) actúan , tras la administración aguda, de manera casi idéntica. De nuevo, no se dice si este efecto es bueno o malo, entre otras cosas porque se desconoce, se dice simplemente que desde la perspectiva inmunitaria o los dos son medicinas o no lo son. No hay ningún argumento forzado, es la lectura directa de los datos. De nuevo, tampoco saco implicaciones políticas de esto: simplemente nada debería estar prohibido a la vez que los efectos de todas las drogas en todos los parámetros evaluables debería investigarse para tener un conocimiento más preciso de los efectos globales de cada droga. Otra cosa es que haya resultados que a determinados creyentes (tanto en la bondad intrínseca de una droga concreta como en la maldad intrínseca de otra) no les guste. Pero este es un problema de dogma, no de ciencia.

    Que la experiencia con ayahuasca genera estrés es un hecho demostrado en varios estudios, tanto por su liberación de cortisol como por sus efectos sobre la arquitectura del sueño. Ni la anfetamina ni el placebo tienen un efecto tan marcado sobre esos parámetros como la ayahuasca, siendo las condiciones en las que se administró las mismas. Y ese efecto fue un efecto del grupo, al margen de las diferencias individuales. Que se pueda pensar que se debe a la experiencia emocional es una hipótesis, pero el hecho de que otras hormonas no relacionadas con el estrés también aumenten es una prueba sólida de sus efectos sobre el sistema hormonal. En cualquier caso, que se deba al afecto farmacológico o al efecto emocional secundario es poco importante si el resultado es el mismo. En cualquier caso, como digo, el hecho de que en la arquitectura del sueño también se vea ese efecto estresante apoya la hipótesis de que es un efecto farmacológico directo y no psicológico.

    (Sigo en otro post por problemas de espacio...)

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  10. Respecto a si estamos preparados para soportar esos niveles de cortisol, claro que lo estamos, y para muchos más, como para tantas experiencias estresantes que nos da la vida; lo que se presenta es un dato científico, no su repercusión sobre la salud que, como digo, se desconoce. Pero sí sería interesante evaluar a consumidores “veteranos”, como tu dices, para ver si efectivamente hay o no repercusión y en qué sentido apunta.

    Respecto a su condición como medicina, centrada únicamente en el plano inmunológico, no desprecio ni mucho menos la ayahuasca, más bien al revés: si ese efecto sobre el sistema inmune es benficioso también lo será el de la anfetamina. No he discutido lo que ocurre en un plano psicológico. Pero medicina en sentido amplio no es psicoterapia.
    Respecto a la utilidad de drogas como la psilocibina, que yo sepa solo hay un estudio controlado en el que se ha utilizado, en enfermos terminales, y los resultados son más bien pobres: un descenso de la depresión al sexto mes (cuando habían muerto la mitad de los pacientes) y de la ansiedad al primer y tercer mes (algo que cuanlquier benzo mejoraría):
    http://archpsyc.ama-assn.org/cgi/reprint/68/1/71

    veremos los estudios que vienen si arrojan mejores resultados. De los estudios de los años 50-60 apenas se pueden sacar conclusiones, pues no estaban bien hechos.

    <>

    Hay un único estudio al respecto, con una prueba de memoria que se compone de 5 subtests: en 4 de los 5 no había diferencias respecto a los controles y en 1, efectivamente, puntuaban mejor, pero el efecto podría deberse a lo reducido de la muestra (15 sujetos), aunque también a que la ayahuasca sea neuroprotector. Las limitaciones de este estudio son tantas que las conclusiones que se pueden sacar son mínimas:

    http://www.drugtext.org/Psychedelics/human-psychopharmacology-of-hoasca.html

    De hecho, en otro estudio con 40 adolescentes se administró una amplia batería de pruebas y no se encontraron diferencias en toda la batería, excepto para ese mismo test, que los ayahuasqueros puntuaron peor:

    http://www.neip.info/html/objects/_downloadblob.php?cod_blob=766

    <>
    Te agradecería si me facilitaras algunos de esos estudios, pues los desconozco. Respecto a los resultados en Takiwasi, de nuevo, los únicos resultados que conozco son estos:

    http://www.powershow.com/view/28ba5f-N2ZiO/Centro_de_Rehabilitacin_de_Toxicmanos_y_de_Investigacin_de_Medicinas_Tradicionales_flash_ppt_presentation

    De nuevo, teniendo en cuenta la pobre clasificación de los resultados presentados (estado: igual/mal/desconocido, sin especificar ni operativizar qué es “estado”) que en Takiwasi el tratamiento es con otras plantas, que los pacientes están ingresados sin contactos externos durante un año, etc., me pregunto hasta qué punto se puede hablar de eficacia sobre todo, como digo, con la disponibilidad de datos tan pobre de que se dispone.

    En resumen, no estoy tratando de desvalorizar a la ayahuasca, ni mucho menos, simplemente he comentado un artículo en el que se evalúa su farmacología en comparación con un placebo activo y otro inactivo, ni creo haber arrojado ningún juicio de valor que no se desprenda de la lectura directa de los datos.

    En cualquier caso, es cierto lo que dices en tu último post, como también lo es lo que se desprende de lo que decía Anónimo, que el concepto de “medicina” para el que se utiliza la ayahuasca quizás no se ajusta al modelo médico occidental. Pero esta es una discusión que pertenece al ámbito de la antropología médica y que se escapa, obviamente, de la intención de esta entrada, lo cual no quita para que no se pueda discutir sobre ella, claro.

    Saludos.

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  11. Qué bien, cuanta paciencia has de tener para ir respondiendo tan detalladamente jaja
    Bueno, creo pues que los dos queremos llegar a lo mismo. No obstante yo parto desde el convencimiento de que la Aya es medicina, y cura muchas patologías.. viva la objetividad, pero tengo muchas esperanzas puestas en ella, y me reafirmo en que dudo de que lleguemos a algo claro solo observando cambios fisiológicos. Si nos ceñimos a ello tendremos que fijarnos como mínimo en todos los genes relacionados con la patología que estamos tratando y su expresión antes y después, entre otros..

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  12. hola,

    bueno, las células inmunitarias (linfocitos) son buenos marcadores del potencial como medicina o como veneno de un fármaco sin necesidad de mirar en los genes. Por otra parte, eso es lo interesante, que las esperanzas se conviertan en realidades mediante la contrastación empírica para poder separar mejor la charlatanería de la curación.

    salud!

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  13. Si genesisonna parte de un convencimiento basado en anécdotas, en takiwasi y demás, el primer paso que debería dar para ir por el buen camino es liberarse de estos prejuicios y elegir de una vez por todas entre la charlatanería y el chiripitiflautismo o la ciencia.

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  14. Lo sé perfectamente, pero no temas aún soy joven jaja
    Me quiero ceñir a la ciencia, pero hay una parte que me lo impide aún, ya que no solo son anécdotas leídas o oídas, también vividas en mis carnes, por lo que a veces es difícil separar una cosa de la otra..

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